MI MEJOR AMIGA
No te suelo escribir mucho más que nada porque nuestro relación no se basa en textos bonitos y dedicatorias, no por mí, sino porque tú no tienes precisamente el don de las palabras. Pero hoy especialmente necesitaba escribirte para decirte lo que significas para mi, que aunque te lo he dicho muchas veces nunca te lo he dicho de forma tan clara, quizá porque abrirse así no es fácil.
Siempre has sido mi mejor amiga aunque al principio no me dieras muchos motivos para ello. Pero tú tranquilidad, tus tonterías y tu arte de vivir la vida me han ido acercando cada vez más a ti, atrayéndome como si fueras un imán y yo un simple hierro, porque en verdad así ha sido siempre. Tú eres la niña guapa que siempre brillaba y todo el mundo veía, y yo era esa niña que pasaba desapercibida tímida que pocas veces brillaba. En eso siempre hemos sido totalmente distintas. A ti siempre te ha llamado la atención ser observada, mientras que yo siempre he estado refugiándome bajo tu sombra. Quizás pienses que es un poco duro. No fuiste tú la culpable, fui yo. Nunca me vi a tu altura (y eso que mido bastante más que tú).
Siempre he podido contarte todo lo que se me pasaba por la cabeza, mis rayadas, mis pensamientos, mis preocupaciones, mis opiniones sobre la gente, y en eso no creo que haya otra persona más afín conmigo. Tenemos diferentes modos de vivir la vida pero en esencia pensamos igual, aunque cada una manifieste una cosa.
No sabes lo esencial y lo importante que es poder abrirse a alguien al 99% sabiendo que no vas a salir perjudicada. No puedo describir con palabras que es estar con alguien sin tener miedo de que descubran algo que no quieres, o que puedan opinar mal de ti. Lo sabes todo y eso hace que contigo me sienta como en casa. Y eso es algo que valoro muchísimo tras la nueva vida que estoy viviendo. Con los años he aprendido que es lo más valioso y lo que más necesito en mi vida, más personas como tú, aunque está en mi mano construirlas.
Eres la primera persona que se me pasa por la cabeza cuando me pasa algo, cuando me cuentan un churreteo o cuando me emparanollo. Puedo hablarte a cualquier hora del día aunque sepa que no me leerás ni contestarás hasta pasadas unas horas, algo muy tuyo. Pero siempre me contestas. Siempre tienes palabras para mi aunque sean las cosas más simples y tontas que se pueden decir. Porque la verdad es que te haría falta un B1 en consejos, o más bien en como expresarlos.
Siempre me animas a superarme, a seguir y a luchar. Y del mismo modo eres capaz de decirme cuándo no puedo hacer algo o cuando no debo. Me conoces al 99% aunque no lo emplees al ayudarme normalmente. Pero se que lo haces.
Siempre me ha dado rabia que mi mejor amiga tuviera novio, odio compartirte. No estás disponible 24/7 y menos ahora que nuestras vidas están separadas, pero a pesar de no tenerte enfrente en clase, ni verte 6 horas al día, siento que te tengo siempre, a mi lado aunque no pueda verte. Pocas personas puedes sentirlas cerca sin estarlo. Tú eres una de ellas.
Aunque me contestes a las varias horas, aunque tus consejos muchas veces sean un poco rancios y a pesar de que pases de mi por tu novio, jamás dejaras de ser esa persona en la que pienso al instante siempre que me pasa algo. Porque tú y yo somos más indecisas que nadie, porque no queríamos decidir que hacer en el futuro, y sin embargo ya estamos trabajando para ello, con más ilusión o menos, pero tú no dejas de dar tus frutos. Eres inteligente y buena en lo que haces (menos escribir), tienes el don de ver muchas veces la parte buena de todo. De donde se puede sacar. Lo que puede dar fruto. Y te envidio, porque yo no veo más allá de mis problemas.
Pero para eso estas tú, para servirme como otros ojos con los que ver el mundo de otra manera y romper con todo lo que tengo establecido.
Eres mi roca, mis muletas y mi perfume. Te preguntarás porque mi perfume, yo te lo digo, porque siempre que estoy cerca tuya física o emocionalmente, me haces mejor, de mil formas distintas dependiendo del día, pero nunca me tiras para abajo siempre para arriba, a pesar de haber vivido en tu sombra toda la vida.
Gracias por ser mi amiga, mi hermana y mi familia. Por estar ahí a pesar de los años y las adversidades. Por ser tú y dejarme ser yo contigo. Te quiero.
Siempre has sido mi mejor amiga aunque al principio no me dieras muchos motivos para ello. Pero tú tranquilidad, tus tonterías y tu arte de vivir la vida me han ido acercando cada vez más a ti, atrayéndome como si fueras un imán y yo un simple hierro, porque en verdad así ha sido siempre. Tú eres la niña guapa que siempre brillaba y todo el mundo veía, y yo era esa niña que pasaba desapercibida tímida que pocas veces brillaba. En eso siempre hemos sido totalmente distintas. A ti siempre te ha llamado la atención ser observada, mientras que yo siempre he estado refugiándome bajo tu sombra. Quizás pienses que es un poco duro. No fuiste tú la culpable, fui yo. Nunca me vi a tu altura (y eso que mido bastante más que tú).
Siempre he podido contarte todo lo que se me pasaba por la cabeza, mis rayadas, mis pensamientos, mis preocupaciones, mis opiniones sobre la gente, y en eso no creo que haya otra persona más afín conmigo. Tenemos diferentes modos de vivir la vida pero en esencia pensamos igual, aunque cada una manifieste una cosa.
No sabes lo esencial y lo importante que es poder abrirse a alguien al 99% sabiendo que no vas a salir perjudicada. No puedo describir con palabras que es estar con alguien sin tener miedo de que descubran algo que no quieres, o que puedan opinar mal de ti. Lo sabes todo y eso hace que contigo me sienta como en casa. Y eso es algo que valoro muchísimo tras la nueva vida que estoy viviendo. Con los años he aprendido que es lo más valioso y lo que más necesito en mi vida, más personas como tú, aunque está en mi mano construirlas.
Eres la primera persona que se me pasa por la cabeza cuando me pasa algo, cuando me cuentan un churreteo o cuando me emparanollo. Puedo hablarte a cualquier hora del día aunque sepa que no me leerás ni contestarás hasta pasadas unas horas, algo muy tuyo. Pero siempre me contestas. Siempre tienes palabras para mi aunque sean las cosas más simples y tontas que se pueden decir. Porque la verdad es que te haría falta un B1 en consejos, o más bien en como expresarlos.
Siempre me animas a superarme, a seguir y a luchar. Y del mismo modo eres capaz de decirme cuándo no puedo hacer algo o cuando no debo. Me conoces al 99% aunque no lo emplees al ayudarme normalmente. Pero se que lo haces.
Siempre me ha dado rabia que mi mejor amiga tuviera novio, odio compartirte. No estás disponible 24/7 y menos ahora que nuestras vidas están separadas, pero a pesar de no tenerte enfrente en clase, ni verte 6 horas al día, siento que te tengo siempre, a mi lado aunque no pueda verte. Pocas personas puedes sentirlas cerca sin estarlo. Tú eres una de ellas.
Aunque me contestes a las varias horas, aunque tus consejos muchas veces sean un poco rancios y a pesar de que pases de mi por tu novio, jamás dejaras de ser esa persona en la que pienso al instante siempre que me pasa algo. Porque tú y yo somos más indecisas que nadie, porque no queríamos decidir que hacer en el futuro, y sin embargo ya estamos trabajando para ello, con más ilusión o menos, pero tú no dejas de dar tus frutos. Eres inteligente y buena en lo que haces (menos escribir), tienes el don de ver muchas veces la parte buena de todo. De donde se puede sacar. Lo que puede dar fruto. Y te envidio, porque yo no veo más allá de mis problemas.
Pero para eso estas tú, para servirme como otros ojos con los que ver el mundo de otra manera y romper con todo lo que tengo establecido.
Eres mi roca, mis muletas y mi perfume. Te preguntarás porque mi perfume, yo te lo digo, porque siempre que estoy cerca tuya física o emocionalmente, me haces mejor, de mil formas distintas dependiendo del día, pero nunca me tiras para abajo siempre para arriba, a pesar de haber vivido en tu sombra toda la vida.
Gracias por ser mi amiga, mi hermana y mi familia. Por estar ahí a pesar de los años y las adversidades. Por ser tú y dejarme ser yo contigo. Te quiero.
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