ARRIESGAR Y AVANZAR

Una vez más sentada en el incómodo asiento del tren rumbo a mi casa por unos días, me vienen a la cabeza recuerdos de todo un año, aunque este curso no haya acabado. Un abrumador sentimiento de miedo y nostalgia me inunda por dentro. ¿Porque todavía sin acabar me siento así?.
No puedo parar de pensar en miles de momentos que he vivido una vez en la ciudad más bonita que he conocido, Sevilla. Y aunque me vienen a la cabeza fiestas, comidas, salidas, siempre cada año está marcado por una persona. O dos depende del caso.

Una vez más mi año está marcado por una persona que ha conseguido pasar del 0 al 100 en cuestión de minutos. Y me acuerdo bien de esos minutos. De ese escalofrío que recorrió mi cuerpo, creo que es algo que llevo demasiado grabado de este año. El conocer una nueva sensación en tu cuerpo provocada por alguien que no era nada, pero ha conseguido serlo todo. Ese nudo en el pecho cada vez que se acerca a mi aunque sea para decirme tonterías. Las más tremendas gilipolleces que puede decirme acaban no siendo tan tontas. Porque él sin saberlo ha abierto otra vez la parte mejor escondida de todas.
Pero una vez más, el daño de tantos años hecho a mi cabeza y a mi cuerpo, me impide abrirme y experimentar lo que tanto tiempo llevo anhelando, confianza. Confianza en el otro, en alguien que quiero, en alguien que me quiera. En mí misma.

Movernos, creo que es eso, hace que nos demos cuenta de que todo está en constante movimiento, que nada se queda quieto. Que cogiste un tren a las 7 y cuando llegas son las 10. Que pasa de ser de día a ser de noche. Que el sol se esconde y una profunda oscuridad inunda el cielo. Que quizás no te das cuenta, pero los años siguen pasando y tus errores y tus inseguridades siguen siendo las mismas. Que te sigues sintiendo igual que hace 2 años. Que sigues viviendo improvisando. Que sigues viviendo sin pensar que quizá ese sentimiento que un día te puso todos los pelos de punta, es lo que necesitas para arriesgar y avanzar. 





Comentarios

Entradas populares