CUANDO LA CONFIANZA SE CONVIERTE EN TRAICIÓN

Cuando creíais que todo estaba saliendo bien, que nada podía ir mal, que la vida por fin te sonreía después de mucho tiempo, llega algo que te despierta de ese sueño para enseñarte una vez más que no todo puede ir bien en la vida.

Después de uno de los cambios más grandes en mi vida, creía que esta vez era la definitiva, que esta vez iba a ser feliz en un nuevo sitio y con nueva gente. Me sentía mejor que nunca al ver que ese cambio había sido para bien y que me sentía por fin a gusto a pesar de estar en otro sitio y rodeada de nuevas personas. No tenía la necesidad de mirar al pasado, ni de echar de menos mi otra vida que había dejado atrás ya que esta estaba empezando bastante bien y solo al mes de comenzarla. Quizá me precipite mucho. Un solo mes no te puede decir lo que puede pasar en todo un año.

Como era normal toda esa suerte y esa felicidad no podía durar para siempre. Cuando menos lo esperaba la realidad me pegaba una bofetada con lo que más me podía doler: la traición, el desamor, la rutina. Volvía a repetirse otra vez la historia por tercera vez como si las dos primeras veces no hubiera tenido suficiente. Volvía a sentirme en ese maldito segundo plano, en esa maldita postura de elegir entre la amistad o el orgullo. Y como era de esperar una vez más arriesgué mi orgullo para mantener la amistad. No entiendo porque yo siempre tengo que tomar esa decisión y la otra persona nunca me elige a mí desde el principio. Yo soy siempre la que tiene que mover ficha porque si no todo se perdería. Soy la que sale perdiendo de todas las maneras posibles y a pesar de cualquier decisión que pueda tomar, sin embargo, la otra persona siempre gana algo con cualquiera de las decisiones que tome yo. Y eso es lo peor, yo soy siempre la que tiene que tomar la decisión más difícil. Yo soy la que tiene que decidir si perdono y olvido o si me mantengo fiel a lo que siento. Porque yo no siento que quiera perdonarla. Porque yo no siento que quiera olvidar como si nada todo el daño que me ha hecho. Y si, ojala pudiera olvidarlo todo y empezar de 0, pero si eso significase que todos empezamos otra vez de 0.

Esta terrible situación intermedia entre dos lados que ya ni te atraen, el terrible vacío en el que me encuentro y que siento en el corazón. Porque no es cualquier cosa, no es simplemente un cabreo más o un mal día, una mala decisión, o el puto destino. Es la decisión de una persona la que te puede destrozar tu nueva vida, tus ilusiones y remover toda tu vida de forma que te vuelvas a replantear tus principios. Y lo peor es que siempre hay un poco de culpa tuya, porque yo fui quien le dio mi confianza y bastante peso en mi vida a esa persona que ahora ha tirado todo por la borda.

Nunca llegamos a conocer a las personas por completo. Podemos pasar 24h al día con una persona, pero eso no nos acerca del todo a lo que guarda en su interior. Somos cerrados, guardamos secretos y verdades que no queremos que las conozcan porque el día que lo hagan, podemos perderlo todo. La confianza se debe trabajar día a día y nunca bajar la guardia aunque esa sea una tarea bastante dura, pero menos dura que una traición.

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