NUEVAS LUCES

Nacimos como pájaros libres y llenos de vida.
Con el tiempo fuimos perdiendo parte de esa vida y otra parte nos la quitaron aquellos que nos encontrábamos por el camino.
Perdimos luz y fuimos apagándonos.
Un día nos encontramos con una luz más brillante que ninguna y decidimos acercarnos con la esperanza de recuperar esa vida que nos faltaba. Empezamos a brillar más que nunca y volvimos a sentir las alas desplegarse.
Pero poco a poco nos empezaron a atar esas alas con la excusa de seguir permaneciendo al lado de la luz que tanto nos había llenado. Acabamos perdiendo las alas y perdiendo la luz.
Sin nada a lo que aferrarse acabamos como antes de encontrar la luz pero todavía más apagadas al ver por los suelos nuestras esperanzas.
Necesitabamos aferrarnos a algo más que nunca y volver a sentirse en casa.
Empezamos a aferrarnos a nosotros mismos, a conocernos, porque sabíamos que no nos defraudaríamos. Conforme más excavabamos más luz nos llegaba, hasta llegar al final donde un gran foco de luz nos esperaba. Nos aferramos a esa luz y volvimos a sentirnos hogar. Para nosotros y para los demás.