EL VERDADERO SIGNIFICADO DE AMISTAD

Nos pasamos toda la vida buscando esa amistad idílica y mágica que creemos que necesitamos. Desde que apenas tenemos conciencia, nos juntamos con otros niños sin importar quienes son e intentamos encontrar esa magia de sentirse acompañada de una persona que quiere lo mismo que tú. 

Pasas a esa época turbia en la que la amistad se basa en dar si quieres recibir, en seguir al rebaño, en hacer lo mismo que los demás. En no saber quien eres, aunque tampoco te dejan saberlo. Y si eres de las que tienen la suerte de saber quién eres y qué quieres, tampoco te dejarán serlo si eso significa ser diferente al resto.

Cuando te haces adulta todo cambia. Es cuando de verdad te das cuenta de que todo aquello que llamaste amistad un día, no lo era. Que la palabra AMISTAD es una palabra con mucho peso a la que cualquier persona no está a la altura. Muy difícil de forjar, pero muy fácil de enfriarse.
Nos pasamos toda la vida creyendo que tenemos al lado nuestra personas que podemos llamar amigas, hasta el momento que comprendes que no basta con ir a tu lado en el camino, sino que hace falta que dejen una marca en él.

Cuando un día creí que yo si que había encontrado a unas verdaderas amigas que estarían a mi lado y con las que de verdad me identificaba, no en todo, llega un momento donde como en un accidente, vi como todo lo que fuimos se iba difuminando bajo una rutina que nos iba destruyendo. Ese día me di cuenta de que nada es para siempre. Que la amistad es una labor de dos, y que quizás hay caminos que durante un tiempo van unidos, pero llega un momento donde empiezan a separarse y tomar rumbos distintos. Solo que me di cuenta cuando esa separación había comenzado y no cuando todos los carteles anteriores ya lo iban anunciando. Como suele pasar con muchas más cosas en la vida, vemos las cosas cuando de verdad queremos verlas y estamos preparados para ello. Intentamos volver a unirnos con esas personas como si se trataran de piezas de un jarrón roto, creyendo que podrá quedar igual. El problema es que es una labor demasiado dura para acabar con algo muy distinto a lo que teníamos. Una amistad no se puede forzar, ni se puede arreglar si una de las partes cree que no ocurre nada. Que nada está roto. Acaba siendo una lucha contra uno mismo, lo que quieres versus lo que hay. Y te acabo adelantando algo, no puedes luchar contra lo que para otra persona significas. Por mucho que pienses que cambiando o haciendo las cosas de otra forma volverás a ser importante para esa persona. Quien te quiere en tu vida, no te pide que seas alguien que no eres o que dejes de ser tú. Ser fiel a uno mismo siempre acaba siendo la mejor opción para no acabar destrozándonos a nosotros mismos. Podrás seguir siendo alguien importante en su vida, pero al final el mayor peso se lo dará a la amiga que ella prefiera. No puedes intentar ser la mejor amiga de todo el mundo, la más querida o de la primera que se acuerden cuando vean una foto en instagram o cuando le venga un recuerdo a la memoria. Y no te sientas mal por ello, por no ser la persona especial de alguien, por mucho que des, por muy buena que seas, es cuestión de quien te complemente más y mejor. Al final lo superficial gana a la profundidad. 

Comentarios

Entradas populares