Si no eres tú, no es nadie.

Me di cuenta de lo importante que eras para mi, cuando tuve que empezar a vivir sin ti.
Eres como esa droga de la que no puede vivir un yonki, eres necesario pero mortal. Cuanto más lo pruebas, más te enganchas.


Yo en cambio estoy aprendiendo a vivir sin ti, a encontrar razones que no sean tú, tú y tú. Me engancho a razones reales que no te hagan daño como me lo hiciste a mi. Vivo más de noche que de día, porque de día veo los problemas y la vida real, y por la noche solo veo un bar y una copa a medias.


Pero si no eres tú el que duerme conmigo por las noches, no es nadie.